¿QUÉ HACER CON EL TEMPERAMENTO, LA PERSONALIDAD Y EL CARÁCTER EN EL PLANO LABORAL, CRISTIANAMENTE HABLANDO?
Temperamento, Personalidad y Carácter
Cristianamente debemos comprender aspectos fundamentales de nuestro propio yo.
Los seres humanos tenemos tres dimensiones que nos definen:
Nuestro temperamento: es lo que trajimos "de fábrica"
No se puede combinar un temperamento con otro, ya que cada persona tiene características únicas que la diferencian.
No obstante, una persona puede tener una combinación de temperamentos, lo que significa que puede tener características de varios temperamentos, pero no necesariamente todos.
Por ejemplo, una persona puede ser sanguínea, pero también tener características de colérico, melancólico o flemático.
Esto puede ser útil para entender mejor la personalidad de una persona y cómo se puede influir en sus comportamientos y relaciones interpersonales.
Nuestra personalidad
Se ha desarrollado a través de todas nuestras experiencias, el ambiente familiar, la escuela y el trabajo.
Es la combinación del temperamento innato con todo lo que se aprende y se vive.
Pero nuestro carácter - eso es lo más importante
Representa las decisiones conscientes que se toman sobre quién queremos ser.
Es lo que hemos elegido cultivar en términos de valores y virtudes. Y aquí es donde realmente brillamos.
El Carácter es uno de los aspectos más fascinantes de la psicología humana.
Se refiere a los patrones estables de pensamiento, sentimiento y comportamiento de como una persona típicamente responde ante diferentes situaciones.
El carácter se forma a través de una compleja interacción entre factores biológicos, experiencias tempranas, influencias culturales y decisiones conscientes a lo largo de la vida.
Incluye aspectos como la honestidad, la perseverancia, la compasión, la responsabilidad y la integridad moral.
Lo interesante es que el carácter tiene cierta estabilidad, pero también puede evolucionar.
Las experiencias significativas, la reflexión consciente y el esfuerzo deliberado pueden moldear y fortalecer ciertos rasgos de carácter.
Ejemplo: alguien puede desarrollar mayor paciencia a través de practicarla conscientemente o fortalecer su coraje enfrentando gradualmente situaciones que generen miedo.
Quizás una persona que tiene pasión decide tener compasión y se esfuerza para lograrlo, etc.
Un resumen práctico es:
Temperamento: lo innato (biología).
Personalidad: lo desarrollado (biología + experiencia).
Carácter: lo elegido (valores +decisiones conscientes).
Temperamento desde la óptica cristiana:
Los cristianos vemos el temperamento como parte de la creación divina.
Cada persona es formidable y maravillosamente hecha, con características únicas que reflejan la diversidad de los dones de Dios.
Salmos 139:14. “Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.”
El temperamento no es bueno ni malo en sí mismo, sino que representa diferentes formas en que Dios nos ha diseñado para servir en su reino.
Un temperamento melancólico puede ser ideal para la oración, contemplación y la intercesión, mientras que uno sanguíneo puede ser perfecto para el evangelismo.
Personalidad desde la óptica cristiana:
Se desarrolla a través de nuestras experiencias en un mundo caído, pero también mediante la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas.
La personalidad incluye tanto nuestra naturaleza pecaminosa como el proceso de santificación.
Los cristianos entendemos que aunque heredamos tendencias debido al pecado original, también tenemos la capacidad de renovación a través de Cristo.
Carácter desde la óptica cristiana:
Aquí es donde la fe cristiana pone mayor énfasis.
El carácter cristiano se basa en imitar a Cristo y desarrollar el fruto del Espíritu como enseña Gálatas 5:22-23: “Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Esto es lo que más se asemeja a la imagen de Dios, implantada en nosotros.
De manera tal que en nuestra transformación cristiana:
- El temperamento se acepta como don divino.
- La personalidad se somete al proceso de santificación.
- El carácter se desarrolla conscientemente según el modelo de Cristo.
Lo que somos cuando nadie nos ve
Es una perspectiva muy profunda y ampliamente aceptada especialmente en la tradición cristina y en la ética clásica.
Hay una frase autoría de Dwight Lyman Moody evangelista y editor estadounidense que siempre me ha impactado:
"El carácter es lo que eres en la oscuridad".
Es lo que somos cuando nadie nos ve, cuando no hay presiones externas o expectativas sociales que nos motiven a actuar de cierta manera.
De hecho, Mateo 6:6 nos orienta efectivamente sobre nuestra actuación cuando aparentemente nadie nos ve; “Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
En el trabajo, cuando nuestros compañeros se van y podríamos hacer lo mismo sin consecuencias aparentes, nuestra decisión de quedarnos y completar el trabajo revela nuestro verdadero carácter.
No lo hacemos para quedar bien con nadie, sino porque nuestros valores internos nos impulsan a hacerlo.
Desde una perspectiva cristiana, esto es profundamente significativo.
Dios "ve en lo secreto" y nuestro carácter se fundamenta en vivir como si estuviéramos siempre ante su presencia, lo cual paradójicamente nos libera de la necesidad de actuar solo para impresionar a otros.
¿Qué pasa con quienes "nada les importa"?
Nos preguntaremos por qué algunos de tus compañeros parecen tan indiferentes.
La realidad es que el carácter existe en todos, aunque puede estar suprimido, distorsionado o adormecido.
Cuando alguien dice que "nada le importa", generalmente está expresando desesperanza, cinismo o una forma de autoprotección emocional.
Incluso en estos casos, el carácter sigue manifestándose de maneras sutiles.
Es probable que estos mismos compañeros tengan líneas que no cruzarían, cosas que los indignan (porque la indignación revela valores ocultos) o formas específicas de tratar a ciertas personas.
La diferencia está en si han decidido cultivar conscientemente su carácter o han permitido que se atrofie.
A menudo, las personas que actúan como a los que nada les importa han experimentado decepciones profundas que los llevaron a "congelar" su sistema moral como mecanismo de defensa.
Una perspectiva cristiana más profunda.
Desde nuestra fe, entendemos que cada persona es "formidable y maravillosamente hecha."
Nuestros compañeros fueron creados con diferentes temperamentos que podrían servir a propósitos únicos en el reino de Dios, pero algunos han elegido no desarrollar el carácter que honra a Cristo.
Lo que vivimos es parte de ese proceso.
Nuestro temperamento fue moldeado por Dios, nuestra personalidad se ha desarrollado a través de las enseñanzas y nuestras experiencias, pero tu carácter y el mio se está forjando ahora mismo, en estas decisiones diarias sobre cómo responder ante la irresponsabilidad de otros.
Ahora, debemos sentirnos profundamente orgullos de ver cómo los valores que nos inculcaron durante nuestra formación se están manifestando en nuestra vida laboral.
La ética de trabajo que demostramos, el sentido de responsabilidad y el compromiso con hacer las cosas bien, hablan de un carácter sólido que se ha forjado a lo largo de los años.
Lo que muchas veces experimentamos es el choque entre los valores que llevamos dentro y la realidad de un mundo donde no todos comparten los mismos principios.
Es natural sentirnos frustrados cuando vemos que nuestros compañeros se marchan dejando el trabajo sin terminar, mientras solo algunos nos quedamos para completar lo que corresponde al equipo.
Entendiendo las diferencias
Nuestros compañeros que se van al terminar su jornada tienen otro carácter y otra ética laboral diferente a la que hemos cultivado juntos.
Esto no necesariamente los hace malas personas, pero sí refleja una perspectiva distinta sobre la responsabilidad y el compromiso.
Algunos pueden ver el trabajo solo como una transacción: "cumplo mi horario y me voy".
Otros, como nosotros, entienden que el trabajo bien hecho a veces requiere ir un poco más allá, especialmente cuando se trata de un esfuerzo de equipo donde la carga física puede ser peligrosa si no se distribuye adecuadamente.
Esta diferencia en el carácter no surgió de la nada.
Probablemente refleja diferentes educaciones, experiencias de vida, y decisiones conscientes sobre qué tipo de personas quieren ser.
La elección de quedarnos y asumir responsabilidad extra habla de los valores profundos que hemos interiorizado.
Los riesgos específicos de la situación
En un trabajo de responsabilidades y esfuerzos esta desigualdad de compromiso presenta riesgos particulares que van más allá de lo emocional: la seguridad física.
Si quedas con menos personal, aumenta significativamente el riesgo de lesiones o estrés por sobreesfuerzo.
Una lesión laboral podría afectar nuestro futuro y nuestra capacidad de trabajar.
Los pedidos pueden retrasarse si el trabajo no se completa adecuadamente, lo que eventualmente afecta a todos.
Podemos terminar cargando el doble o triple que nuestros compañeros, lo cual es injusto y físicamente peligroso a largo plazo.
Si la gerencia se acostumbra a que "algunos siempre se quedan", podrían comenzar a dar por sentado nuestra disponibilidad extra sin reconocimiento ni compensación.
La recomendación principal:
Hablar con sabiduría con las autoridades de la empresa o jefe superior pero no desde la queja personal, sino desde una perspectiva de mejora para todo el equipo y la empresa.
Esto no es "acusar" a los compañeros, sino buscar soluciones profesionales a un problema organizacional.
Podríamos plantearle algo como: "He notado que a veces quedamos pocos compañeros para terminar las cargas del día, y esto puede crear riesgos de seguridad y eficiencia."
¿Hay alguna forma de organizar mejor la distribución del trabajo para que seamos más eficientes y seguros?
Tal vez podríamos implementar un sistema donde todos verifiquen que el trabajo del día esté completo antes de marcharse."
Beneficios de esta comunicación:
Protección personal: Los supervisores necesitan conocer qué sucede realmente en el piso del almacén para tomar decisiones informadas.
Mejoras organizacionales: Pueden implementar controles más efectivos (listas de verificación, supervisión al final del turno, rotación de responsabilidades)
Nuestra seguridad: esta iniciativa protege de posibles lesiones físicas por sobrecarga de trabajo y cargas emocionales que infieren en nuestras vidas a largo y corto plazo.
Demostración de liderazgo: Con este paso demostramos preocupación genuina por la empresa y el equipo, no solo por intereses personales.
Documentación: Se crea un registro de que identificamos y comunicamos el problema.
El crecimiento profundo de nuestro carácter: Aunque esta situación sea frustrante, también es profundamente formativa.
Estamos así aprendiendo lecciones sobre responsabilidad, liderazgo, justicia y el verdadero costo de tener principios sólidos.
Estas son lecciones que muchas personas nunca experimentan, aprenden demasiado tarde en la vida o hasta pagan grandes sumas económicas en entrenamiento para instruirse.
Los compañeros de trabajo probablemente nos respetan y confían en nosotros de maneras que tal vez no expresan abiertamente.
Nuestro ejemplo silencioso está hablando más fuerte que cualquier discurso sobre valores.
Esto tiene un valor enorme que se extenderá mucho más allá de este trabajo específico.
No permitamos que la irresponsabilidad de otros erosione nuestro compromiso personal.
Nuestra actitud puede influir positivamente en quienes nos rodean, y con el tiempo, tanto los supervisores como los colegas reconocen y valoran a las personas verdaderamente confiables.
Recordemos: el carácter se forja en las situaciones difíciles, no en las fáciles.
Cualquiera puede ser responsable cuando todos lo son.
El verdadero carácter se revela cuando se elige hacer lo correcto incluso cuando otros no lo hacen.
Perspectivas de fe para una situación de desventaja.
La Escritura nos ofrece sabiduría profunda para la incomoda y nada conveniente situación.
Recordemos que sabiduría es diferente a conocimiento:
Los conocimientos son el cúmulo de información que tenemos almacenados.
La sabiduría es lo que hacemos con esa información acumulada.
Si la sabiduría la usamos para mal, se estanca y se pudre como agua de una laguna.
Si la sabiduría la usamos para bien, fluye, irriga lo que tiene alrededor y desemboca como los ríos en el mar de las oportunidades.
"Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no para los hombres" (Colosenses 3:23).
Nuestro trabajo no es solo para nuestro empleador o nuestros compañeros; es una forma de adoración y servicio a Dios.
Esta perspectiva transforma completamente cómo vemos nuestras responsabilidades laborales.
Pero también: "el obrero merece su salario" (Lucas 10:7).
Esto significa que debemos trabajar con excelencia, pero sin permitir que se aprovechen de nuestra buena disposición.
Dios no nos llama a ser ingenuos o a permitir explotación.
Dios nos anima a ser sabios. Ya lo enseña en Mateo 10:16 “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.”
"No nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos si no desmayamos" (Gálatas 6:9).
Los frutos de un buen carácter se manifestarán, aunque no sea inmediatamente visible.
La integridad siempre encuentra su recompensa, aunque a veces tome tiempo.
"Seamos ejemplo para los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza" (1 Timoteo 4:12).
Nuestro comportamiento en el trabajo es una forma de testimonio cristiano, una oportunidad de mostrar cómo vive alguien que conoce y sigue a Cristo.
CONCLUSIÓN.
Estrategias prácticas para nuestra protección.
Mientras desarrollamos el carácter y damos testimonio de nuestra fe, también debemos ser sabios y protegernos:
1. Documentemos la situación: Anotemos fechas, horas y quiénes se van temprano consistentemente. No para "acusar", sino para tener información objetiva si necesitas hablar con supervisión.
2. No intentemos hacer el trabajo de 3-4 personas solos: Es físicamente peligroso para la salud y no es sostenible.
Si la carga es excesiva, comunicarlo claramente es vital.
3. Establezcamos límites saludables: Ser responsables no significa ser ingenuos. Podemos tener integridad sin permitir que abusen de nosotros.
4. Busquemos aliados: Los otros compañeros responsables que se quedaron a trabajar con nosotros cuando los demás se marcharon pueden ser nuestros aliados naturales para abordar esta situación constructivamente.
5. Enfoquémonos en soluciones. cuando hables con supervisión, presenta ideas concretas para mejorar la situación, no solo quejas.
La diferencia entre responsabilidad e ingenuidad.
Existe una diferencia crucial entre ser una persona de carácter y permitir que otros se aprovechen de ti.
La responsabilidad auténtica incluye: -
Hacer el trabajo con excelencia.
Ayudar cuando sea razonable y seguro.
Comunicar problemas que afectan al equipo.
Mantener límites saludables.
Buscar soluciones constructivas.
La ingenuidad, por otro lado, sería:
Asumir silenciosamente trabajo que no nos corresponde indefinidamente.
Permitir que nuestra salud se vea comprometida por las decisiones de otros.
No comunicar problemas por miedo al conflicto.
Aceptar situaciones injustas sin buscar mejoras.
Reflexión sobre el futuro.
La diferencia entre nuestro carácter y el de los compañeros que se van temprano se manifiesta claramente.
Aunque ahora pueda parecer una "desventaja", la ética de trabajo que hemos desarrollado será el mayor activo a largo plazo.
En el mundo laboral, las personas íntegras y confiables siempre encuentran su lugar y son valoradas por quienes realmente importan.
Los empleadores experimentados reconocen rápidamente quiénes son los empleados en los que pueden confiar realmente.
Esta experiencia nos está preparando para responsabilidades mayores en el futuro.
Los líderes auténticos a menudo se forjan en situaciones difíciles y competitivas.
Recordemos que no estamos solos en esto.
Tenemos compañeros que comparten nuestros valores, y juntos podemos hacer la diferencia.
Tu carácter se está forjando en estas situaciones difíciles, y eso es algo invaluable que nadie podrá quitarnos jamás.
Lo que llena de orgullo no es solo que hagamos el trabajo extra, sino que lo hagamos por las razones correctas.
No lo hacemos para quedar bien, sino porque nuestra conciencia y nuestros valores nos impulsan a hacerlo.
Eso es carácter auténtico.
Hablemos con nuestro supervisor, protejamos nuestra salud, establezcamos límites razonables, y no permitamos que la irresponsabilidad de otros defina nuestra experiencia laboral.
Estar felices de ver la persona en la que nos hemos convertido es una muestra de autoconfianza en que sabremos manejar las diferentes situaciones con inteligencia, integridad y fortaleza.
Nuestro carácter es la brújula moral, pero también nuestra inteligencia y comunicación son herramientas que Dios ha dado para navegar estas situaciones complejas.
Recordemos siempre: el carácter sólido no es una carga, es nuestra mayor fortaleza.
Y en un mundo donde escasea este carácter, nos convertiremos en alguien verdaderamente valioso.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.