Los primeros 4 días de la semana de la pasión, muerte y resurreccion de Jesús marcaron la historia universal de la fe.
El viernes temprano se presentó ante un Pilato que conociendo su inocencia prefirió lavarse las manos.
Se expuso ante un pueblo que cuatro días antes lo vitoreó y recibió con ramos y ahora pedía que lo crucificaran.
Compareció ante unos religiosos que dominados por la envidia y la soberbia, olvidaron al mismo Dios.
Se descubrió ante un Satanás que ignoraba que la derrota que creía ver en la cruz no era más que la victoria de una vida eterna.
A las tres de la tarde El Maestro expiró tras un proceso de crucifixión inhumano y luego de pronunciar siete frases que aumentan cada día su vigencia:
1- Padre, perdónalos porque no lo saben lo que hacen.(Lucas 23:34).
2-De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso. (Lucas 23:43).
3-Mujer, he ahí a tu hijo. Hijo he ahí a tu madre. Juan 19:26-27).
4-Tengo sed.( Juan 19:28).
5-Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has desamparado? (Mateo 27:46).
6-Consumado es.
(Juan 19:30).
7-Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
(Lucas 23:46).
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.