Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos".
¿Qué Significa en la Práctica
"Ponerse la Armadura de la Fe"?
No es un ritual físico, sino una actitud mental y espiritual diaria.
Significa: Confiar Activamente: Decidir confiar en las promesas de Dios (Su fidelidad, poder y amor) por encima de las circunstancias visibles o los sentimientos.
Rechazar la Duda: Usar la fe como un escudo para interceptar los pensamientos de incredulidad, miedo y desánimo que nos "dispara" el enemigo.
Vivir con Base en la Verdad: Alinear tus pensamientos y acciones con lo que Dios dice en Su Palabra, no con lo que el mundo sugiere.
Ser Proactivo en la Oración: Pablo termina la descripción de la armadura diciendo: "Oren en el Espíritu en todo momento" (Efesios 6:18). La oración es el "campo de fuerza" donde la armadura se activa y se mantiene funcional.
En Resumen: La armadura de la fe describe la fe en Dios como nuestra protección y defensa esencial en la batalla espiritual de la vida.
No es un amuleto mágico, sino una postura de confianza activa y diaria en Dios y en Sus recursos, que nos permite resistir el mal y permanecer firmes.
Es, en esencia, vivir cada día con una dependencia consciente de Cristo, usando nuestra confianza en Él como el escudo que nos protege de todo lo que intenta derribarnos espiritual y emocionalmente.
Tener el alma armada es necesario en estos días de peligro desorbitado.
Los países desarrollados se blindan para una guerra física contentiva del mayor poder autodestructivo de la historia de la humanidad.
Ya lo decía Einstein en su respuesta a la pregunta que le formularon de cómo sería una tercera guerra mundial y su proverbial respuesta de que desconocía cómo sería la tercera guerra, pero estaba seguro de que la cuarta sería con piedras y palos.
Pero ¿qué decir de la guerra espiritual, esa que no se ve, la que se siente, pero no se entiende y que muchos no creen? cuando lo cierto es que esa guerra invisible es la que determina las guerras reales y palpables.
Todas las armas de Dios son fundamentales para la vida espiritual y mental.
1. El yelmo de la salvación protege la cabeza y con esto la mente que es el campo de batalla.
2. El escudo de la fe envuelve el ser completo y lo libra de los ataques feroces por la fortaleza que provee a los creyentes.
3. Los lomos deben estar ceñidos, ajustados, para tener ligereza y facilidad de movimientos. ¿Y qué mejor ceñidura que la verdad sin doblez, con franqueza y sinceridad?
4. La coraza de nuestro pecho espiritual debe ser la justicia pura y sin engaño, dando a cada quien lo merecido conforme a como nos enseñó Cristo Jesús.
5. Nuestros pies deben ser raudos y precisos para diseminar la semilla del Evangelio en todo momento y lugar.
6. Nuestra espada es la palabra de Dios, la Biblia, la cual debe estar afilada, limpia y brillante para exponerla ante todos.
Por demás, perseverar en las distintas armas protectoras de Dios como la oración, el ayuno y el estudio de la palabra, constituyen la fuente de la fortaleza en Cristo Jesús.
La "armadura de la fe" es un concepto bíblico profundamente simbólico que representa el uso de la fe en Jesucristo como protección espiritual contra las adversidades, las tentaciones y las dudas.
La referencia principal y más detallada sobre la armadura de la fe se encuentra en el Nuevo Testamento de la Biblia, específicamente en Efesios 6:10-18, escrito por el apóstol Pablo.
Origen y Contexto: Efesios 6:10-18 Pablo usa la imagen de un soldado romano (una figura muy familiar en su época) para ilustrar cómo los creyentes deben prepararse para la batalla espiritual que enfrentan en la vida diaria.
Él enfatiza que nuestra lucha no es contra personas o fuerzas humanas, sino contra poderes espirituales malignos.
La armadura completa de Dios incluye varias piezas, cada una con un significado espiritual específico.
La fe es una parte crucial de esta armadura.
Aunque la pieza específica es el "escudo de la fe", toda la armadura está sustentada por y funciona a través de la fe.
Aquí está el desglose de la armadura según otra juiciosa interpretación:
El cinturón de la verdad (Efesios 6:14a): La fe se basa en la verdad del Evangelio. No es una fe ciega, sino una confianza segura en la verdad de Dios y Sus promesas.
La coraza de justicia (Efesios 6:14b): La justicia no es solo nuestra propia rectitud, sino la justicia de Cristo imputada a nosotros por fe. La fe nos protege de la condenación y la acusación.
El calzado del evangelio de la paz (Efesios 6:15): La fe nos da firmeza y preparación para proclamar el mensaje de paz con Dios, incluso en terrenos inestables.
El escudo de la fe (Efesios 6:16): Esta es la pieza central que menciona explícitamente la fe. Pablo dice: "Sobre todo, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno". Función: Un escudo (especialmente el gran escudo romano, el scutum) se usaba para protegerse de los ataques directos y también para crear una formación con otros soldados.
Aplicación: La fe es nuestra defensa activa contra los ataques del enemigo: dudas, mentiras, tentaciones, desesperación, etc. La fe no es pasiva; es algo que debemos "tomar" y levantar constantemente.
El yelmo de la salvación (Efesios 6:17a): La certeza de la salvación, obtenida por fe, protege nuestra mente de pensamientos de derrota, incredulidad y desesperanza.
La espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (Efesios 6:17b): La fe se activa y se fortalece al escuchar y declarar la Palabra de Dios. Es la única arma ofensiva de la armadura.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.