• Que no dejó escrito libros, tratados ni códigos.
• Que no accedió a facilidades tecnológicas como sistemas de amplificación y grabación de mensajes.
• Que no usó tarimas, pódiums, púlpitos, atriles ni escenarios luminosos.
• Que no tuvo medios de comunicación a su alcance para reproducir sus ideas.
• Que no manejó recursos financieros políticos ni militares para imponer su doctrina.
¿Pudo dividir la historia en dos e impactar con un mensaje tan poderoso a todo el planeta?
Si analizamos la comunicación cristiana comprenderemos la importancia y practicidad del código comunicacional del Maestro Jesús.
1. Jesús fue un comunicador con las 3 S: simple, sincero, sencillo.
2. Jesús ponía atención a la gente.
3. Jesús hizo preguntas a sus oyentes como herramientas de enseñanza.
3. Jesús fue transparente.
4. Jesús dio importancia vital al retiro en oración y soledad.
5. Jesús daba 'todo lo que tenía' en un mundo que calificaba el éxito en función de conseguir 'todo lo que quería'.
Escribió Gardiner Spring, ministro y escritor estadounidense:
“Ningún predicador puede mantener la atención de la gente a menos que sienta el tema; ni tampoco la puede mantener por mucho tiempo a menos que lo sienta profundamente. Si ha de hacer solemne a otros, él mismo debe ser solemne; debe tener comunión con las verdades que proclama. Debe predicar como si estuviera bajo la mirada de Dios, y como si su propia alma estuviera atada a las almas de aquellos que le escuchan. Debe predicar como si estuviera a la vista de la cruz, escuchando los quejidos del poderoso Sufriente Salvador del Calvario; como si el juicio estuviera determinado, y los libros fueran abiertos; como si la sentencia que decide los destinos de los hombres estuviera a punto de dictarse; como si hubiera estado mirando dentro del pozo de desesperación, así como descorriendo el velo y echando una mirada a la gloria inefable”.
Dijo también Napoleón Bonaparte, el famoso emperador francés:
«Todo en Cristo me asombra. Su espíritu me alucina, y su voluntad me confunde. Entre él y cualquier otro en el mundo, no hay ningún término posible de comparación. El es verdaderamente un ser único . . . Busco en vano en la historia para encontrar alguno que se le asemeje o que pueda aproximarse al evangelio. Ni la historia, ni la humanidad, ni las épocas, ni la naturaleza, me ofrecen algo con que pueda compararlo o explicarlo. En él todo es extraordinario».
Bendiciones soy Ada Reyes.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.