Con gran alegría, aunque en medio de llantos y con las manos temblorosas, recibió el esperado y al mismo tiempo lejano regalo.
"Mami, es el saldo de tu casa. No le debes más al banco", le dijo su hija mientras le extendía un sobre blanco y la abrazaba con amor.
Ella sumida en sus recuerdos de mucho más de 30 años se vio ingresando a una oscura habitación donde una persona le decía que se acostara y que el proceso sería rápido y sin dolor.
Así lo hizo, pero algo en su corazón la alerto de que ese no era el camino, de que ese no era el proceso.
Se levantó rápidamente de aquella camilla y corrió horrorizada.
Corrió como nunca antes, horrorizada y arrepentida de por un momento abrazar la idea de destruir el fruto de su vientre.
Hoy viéndose frente a su familia, esa que con gran esfuerzo, pero con inmenso amor y esperanza levantó, emitía un llanto de alivio, un llanto de paz y se decía si hubiera procedido así, hoy estaría sola y llena de remordimientos.
Salmos 127:3-5
"He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
4 Como saetas en mano del valiente,
Así son los hijos habidos en la juventud.
5 Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos;
No será avergonzado
Cuando hablare con los enemigos en la puerta."
Mujer. Joven. No abortes. Es un pecado y es la forma más terrible de perder la bendición de Dios para tu vida.
No sabes si esa criatura que nacerá de ti es un puente que Dios mismo hace entre Él y tú por el resto de tu vida.
Dios te ayudará y nunca te faltará. Dios te bendiga madre querida, madre amada.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.