Esta técnica es una parte esencial de la comunicación efectiva, ya que los gestos refuerzan, aclaran o enfatizan el mensaje verbal, creando una conexión más poderosa con la audiencia.
En el contexto de la retórica y la oratoria, esta habilidad también puede denominarse comunicación kinésica efectiva donde el lenguaje corporal (gestos, expresiones faciales, postura) complementa y potencia el discurso.
Por ejemplo, un gesto con las manos puede subrayar una idea importante, o una expresión facial puede transmitir emociones que refuercen las palabras.
Esta combinación no solo mejora la claridad del mensaje, sino que también ayuda a establecer credibilidad y confianza, ya que demuestra coherencia entre lo que se dice y cómo se expresa corporalmente.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.