Su comunicación era intencional, sabia y llena de propósito.
Estos son algunos aspectos claves de cómo manejaba sus palabras:
Verdad y Sabiduría: Jesús nunca hablaba por hablar, sino que cada palabra transmitía verdad profunda.
Sus enseñanzas eran precisas, llenas de significado y siempre alineadas con la voluntad de Dios (Juan 8:26, Mateo 7:28-29).
Parábolas: Muchas veces usaba parábolas para comunicar verdades espirituales de manera que quienes tenían un corazón receptivo pudieran entender (Mateo 13:10-13).
Cuidado con las Trampas Verbales: Sus enemigos intentaban atraparlo con preguntas capciosas, pero Jesús siempre respondía con sabiduría y sin caer en provocaciones (Mateo 22:15-22).
Silencio Estratégico: En ocasiones, en lugar de responder, guardaba silencio, demostrando que no siempre es necesario hablar (Lucas 23:9, Juan 19:9).
Palabras de Vida: Jesús tenía el poder de transformar con su hablar, ofreciendo consuelo, corrección y esperanza (Juan 6:68, Mateo 11:28-30). Todo esto muestra que Jesús no solo era cuidadoso con lo que decía, sino que también usaba sus palabras con un propósito claro y poderoso.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.