"Déjenme adorar" es el título de una hermosa alabanza de la cantante cristiana Cleiry Cruz.
Esta pieza musical nos invita a intimar y estar en comunión con Dios en espíritu y verdad.
Esta alabanza nos reconfirma que fuimos creados para adorar y que es vital reverenciar a Dios porque de lo contrario y conforme a nuestra naturaleza, podríamos terminar idolatrando a una persona, al dinero, la fama, el trabajo y otras cosas más que pretenden ocupar el espacio y tiempo de Dios.
Adorar es presentar ante Dios nuestro corazón redimido y justificado por El.
Adorar es tener un corazón que desea a Dios exclusivamente.
Es tener el alma focalizada solo en servirle a Él, no a otras cosas que distraigan nuestra atención.
Adorar a Dios es buscar con persistencia la sabiduría y el conocimiento que nacen de Él.
Adorar a Dios es leer y meditar en su palabra. Escudriñar la biblia cada día descubriendo su grandeza y viendo como cada una de sus palabras son nuevas en nuestras vidas.
Adorar a Dios es participar en estudios y actividades que aumenten nuestra visión divina y nos permitan crecer en el servicio.
Adorar a Dios es cambiar nuestro vocabulario para solamente pronunciar palabras e ideas que exalten la figura de Cristo y agraden al Espíritu Santo.
Adorar a Dios es prestar servicio fiel en nuestras iglesias uniéndonos a los hermanos que junto a nosotros profesan nuestro amor al Dios soberano que vive y reina.
Adorar a Dios es preguntarle a Él en oración como podemos usar nuestro dones, talentos y pertenencias en beneficio de los demás.
Adorar a Dios es soltarlo todo y sumergirnos en la paz no importa la tormenta que estemos atravesando.
Adorar es ofrecernos cada día como sacrificio vivo y santo ante la magnitud de nuestro soberano Dios.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.