Antes de definir el concepto teología de la comunicación, describamos qué es teología en su sentido más estricto.
La teología (del griego theos, "Dios", y logos, "estudio" o "razón", es el estudio crítico y sistemático de la naturaleza de Dios y de las creencias religiosas.
La teología de la comunicación en consecuencia, es una rama de la teología que estudia el acto de comunicar de Dios hacia la humanidad y, como respuesta, la comunicación del ser humano hacia Dios y hacia los demás, a la luz de la Revelación.
Dios es el primer comunicador: Toda la Biblia es la historia de Dios iniciando la comunicación con la humanidad.
La Teología de la comunicación es mucho más que una simple "ciencia de Dios". Es un esfuerzo de la razón humana iluminada por la fe para:
Comprender la Revelación: Analizar y dar coherencia a lo que Dios ha revelado sobre sí mismo y sobre su plan para la humanidad a través de las Escrituras, la Tradición y la creación.
Dar respuestas al ser humano: Articular de forma comprensible las grandes preguntas del ser humano sobre el sentido de la vida, el mal, el sufrimiento, la muerte y la trascendencia.
Vivir la fe: No es un ejercicio puramente intelectual; su fin último es llevar a una relación más profunda con Dios y a una práctica más coherente de la fe.
En esencia, no se trata solo de usar medios modernos para hablar de Dios ya que eso sería más bien la "comunicación eclesial" o pastoral, sino de entender que el propio Dios es Comunicación y que toda comunicación humana tiene una dimensión teológica.
Para entenderla mejor, podemos desglosar la teología de la comunicación en sus dos pilares fundamentales:
1. Dios se Comunica: Dios es el primer comunicador: Toda la Biblia es la historia de Dios iniciando la comunicación con la humanidad.
Es esta la comunicación "Descendente" (De Dios al Hombre).
El punto de partida es que Dios no es un ser solitario y silencioso, sino que es comunión (Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo en eterna relación de amor y comunicación) y desea entrar en diálogo con su creación.
La Palabra (Logos):
La cumbre de esta comunicación es Jesucristo, la Palabra hecha carne (Juan 1:1-14). Jesús no solo trae un mensaje de Dios; Él es el Mensaje perfecto y definitivo. Es la autocomunicación de Dios.
La Revelación:
Dios se comunica a través de la creación o revelación natural, de los profetas, de las escrituras y, de manera plena, en su Hijo.
Los Sacramentos:
Son signos sensibles y eficaces de la gracia, es decir, son actos de comunicación donde Dios se hace presente y comunica su vida divina al hombre.
2. El Hombre Responde: A través de la Comunicación "Ascendente" (Del Hombre a Dios) y "Horizontal" (Entre Hombres).
Al recibir la comunicación de Dios, el ser humano está llamado a responder. Esta respuesta es también un acto de comunicación.
La Oración: Es la respuesta dialógica del hombre hacia Dios quien le ha hablado primero. Es la comunicación personal con el Creador.
La Fe: La fe es acoger el mensaje de Dios, escucharlo y confiar en Él. Es la actitud fundamental para que la comunicación sea efectiva.
La Evangelización y el Testimonio: La comunicación de la fe a los demás no es solo transmitir información, sino compartir una experiencia de encuentro con Cristo.
La Comunión Eclesial: La Iglesia es, por naturaleza, una comunidad de fe y amor, es decir, una red de comunicación donde sus miembros se edifican mutuamente.
Principios Clave de la Teología de la Comunicación
Es un diálogo, no un monólogo: Dios no impone su mensaje; invita a una relación de amor.
Esto debe modelar cómo la Iglesia se comunica con el mundo: proponiendo, no imponiendo.
Encarnación: Así como el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, la comunicación efectiva debe "encarnarse" en la cultura, el lenguaje y las realidades de las personas a las que se dirige.
Comunión (Koinonía): El fin último de la comunicación divina y humana es crear comunión, restaurar la relación rota por el pecado y construir comunidad.
Servicio (Diakonía): La comunicación verdadera no busca poder, sino servir a la verdad y al bien de la persona.
¿Por qué la teología de la comunicación es relevante hoy?
En la era digital, donde estamos hiperconectados pero a menudo falta comunicación auténtica y profunda, la teología de la comunicación ofrece una mirada crítica y esperanzadora por los siguientes motivos:
- Da profundidad: Recuerda que toda comunicación humana anhela, en el fondo, la comunicación perfecta que es Dios.
- Ofrece un modelo: Propone un modelo de comunicación basado en el respeto, el diálogo, la verdad y el amor, en contraposición a menudo a la comunicación que es superficial, manipuladora o agresiva en las redes sociales.
- Guía a la Iglesia: Ayuda a la Iglesia a usar los medios de comunicación modernos no solo como herramientas, sino con una ética y una espiritualidad inspiradas en el modo de comunicar de Jesús.
En resumen: La teología de la comunicación es el estudio de cómo Dios se revela y se comunica con el ser humano, culminando en Jesucristo, y cómo el hombre responde a esta comunicación a través de la fe, la oración y el diálogo con los demás.
Propone que la esencia de Dios es comunicación y relación, y que el ser humano, creado a su imagen, encuentra su plenitud en una comunicación auténtica, que construye comunión.
La Relación entre teología y comunicación no es solo de aplicación práctica ("usar medios para hablar de Dios"), sino que es constitutiva, esencial y bidireccional.
Se puede explicar en varios niveles:
1. Dios es Comunicación: La base teológica Dios es Trinidad: La revelación cristiana muestra a Dios no como un ser solitario, sino como una comunión de tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La vida íntima de Dios es una comunión eterna de amor y comunicación perfecta. Por lo tanto, la comunicación no es algo que Dios hace, sino algo que Dios es.
Dios se comunica con su creación: El acto de crear es el primer acto de comunicación de Dios ("Y dijo Dios: 'Hágase la luz'").
Toda la creación es un mensaje que revela algo de su Creador.
La revelación es comunicación: El punto culminante de esta comunicación divina es la Encarnación.
Jesucristo no solo trae un mensaje de Dios; Él es el Mensaje mismo ("El Verbo se hizo carne", Juan 1:14).
Jesús es la Palabra definitiva y perfecta de Dios dirigida a la humanidad. En Él, el Emisor, el Mensaje y el Medio son uno mismo.
2. La teología como acto de comunicación: La teología, como disciplina, es inherentemente comunicativa.
Interpreta un mensaje: Su materia prima es la palabra de Dios revelada (la Biblia, la Tradición).
La teología interpreta (hermenéutica) ese mensaje para una comunidad de fe. Se dirige a un Receptor.
La teología no se hace en una torre de marfil. Se hace para la Iglesia y para el mundo.
Busca traducir el mensaje de fe a lenguajes, conceptos y formas que sean comprensibles para cada cultura y época (lo que se llama inculturación.
Usa un lenguaje. Desarrolla sus propios códigos y lenguaje (símbolos, ritos, conceptos como "gracia", "pecado", "redención") para comunicar realidades profundas.
3. La comunicación Humana como lugar teológico: La teología también se fija en los procesos comunicativos humanos para aprender de ellos y criticarlos como es el caso de la antropología.
El ser humano es un "ser-en-relación", un "ser-de-comunicación".
La necesidad de comunicarse es una huella de que estamos hechos a imagen de un Dios que es Comunión.
4. La teología como manual de ética: La teología reflexiona sobre el uso ético de los medios de comunicación.
¿Cómo usar los medios para promover la dignidad humana, la comunidad y la verdad, en lugar de para la manipulación, la división y el egoísmo?
5. La teología como instrumento de la cultura: Los medios dan forma a la cultura. La teología analiza esta "nueva cultura" digital (el "continente digital") para entender cómo afecta a la percepción de uno mismo, de los demás y de Dios, y así poder anunciar el Evangelio de manera significativa en ese nuevo contexto.
Se persigue establecer una relación en dos Direcciones: Desde la teología hacia la comunicación.
Desde la comunicación hacia la teología.
La teología de la comunicación proporciona una base antropológica sólida: el ser humano es capaz de comunicarse porque está creado a imagen de un Dios comunicativo.
La teología de la comunicación ofrece herramientas de análisis para entender cómo se forman las iglesias, cómo se transmite la tradición y cómo se persuade a las personas por medio de la predicación.
La teología de la comunicación ofrece una crítica ética y profética al uso de los medios: denuncia la desinformación, la manipulación y la cultura del descarte.
Ayuda a la teología a ser efectiva en su misión evangelizadora, enseñándole a usar bien los canales, lenguajes y narrativas.
Santifica los medios: los ve como instrumentos potenciales para la comunión y el encuentro, no solo como herramientas técnicas.
Le plantea nuevos desafíos: la inmediatez, la posverdad, la sobreestimulación. Exigen una reformulación de cómo se habla de Dios.
En conclusión, la teología y la comunicación están intrínsecamente ligadas porque Dios es el gran comunicador y la fe es, en esencia, la respuesta a esa comunicación.
La "Teología de la Comunicación" es el campo que estudia esta relación fascinante y vital.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.