Jesús no solo predicó, sino que vivió lo que enseñó.
Su vida fue un testimonio perfecto del amor, la misericordia y la voluntad de Dios.
Los cristianos están llamados a seguir su ejemplo debido a que muchas personas llegan a la fe no solo por lo que leen en la Biblia, sino por el ejemplo de otros creyentes.
Un testimonio auténtico y coherente puede ser más convincente que las palabras.
Los cristianos son llamados a imitar a Jesús no solo en lo que dicen, sino en cómo viven. Esto implica que sus acciones deben reflejar los valores del Evangelio, como el amor al prójimo, la justicia y la misericordia.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.