Estar en la presencia de Dios es entender que Él dirige nuestras vidas y trabaja permanentemente dentro de nuestro ser.
Estar en la presencia de Dios es sentirse en sintonía con Él, percibirlo cercano, tocarlo con el espíritu y verlo con los ojos del alma.
Estar en la presencia de Dios es tener plena conciencia de su grandeza, de su poder, de su sabiduría y de su amor que sobrepasa todo entendimiento y todas las circunstancias.
Estar en la presencia de Dios es admirar y agradecer con llanto y emoción que alguien tan inconmensurable como Él se limite a la pequeñez de nuestra esencia, nos comprenda, nos proteja y desee llevarnos con El a la vida eterna.
Fuera de ti, Señor no existe la verdadera vida.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.