Decir, es usar esa facultad en un acto de expresión concreta.
Parecen palabras sinónimas, pero no lo son.
Observe este ejemplo:
Juan- “El pastor habló de Jesús en el sermón de ayer.”
José- “Si ¿y que dijo?
Si fueran palabras sinónimas, no se habría producido la pregunta ¿qué dijo?
Surge así la necesidad de hablar expresando correctamente las ideas, de modo tal, que el mensaje quede en la mente de quienes escuchan.
Hablar y decir son acciones interdependientes, o sea, una depende de la otra ya que en teoría no sé puede hablar sin decir algo.
Tampoco se puede decir nada oralmente sin tener la facultad de hablar.
Esto ha sido tema de discusión ya que en la práctica hay casos en los que ciertas personas han hablado y no han dicho absolutamente nada o por lo menos con sentido lógico y congruente.
¿Hay otra definición más concreta al respecto? Si.
Hablar, es usar la facultad que Dios otorgó solamente a las personas para emitir palabras entendibles. Ningún animal habla.
Decir, es utilizar esa facultad divina para concretar el pensamiento y transmitir un mensaje acabado.
Aquí radica la importancia de la efectividad de la comunicación cristiana: Hablar, decir y predicar.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.