Hay circunstancias que motivan el estar de rodillas;
- Honrar a la patria, para significar lealtad y amor al lugar que nos vio nacer.
- Pedir matrimonio, para demostrar el hombre que lo solicita a una mujer, que considera el casamiento como sagrado en su vida.
- Reverenciar a Dios como el ser supremo de la creación.
Sobre este último motivo se pronunció hace unos años Denzel Washington uno de los mejores actores estadounidenses de toda la historia.
Se refirió a Dios y a la generosidad, dos cosas que no abundan en la meca del cine.
Washington, un actor casado, padre de cinco hijos y cristiano, recordó a un grupo de jóvenes actores que le escuchaban disertar sobre actuación, que detrás de un coche fúnebre no viaja un camión de mudanzas y que no nos llevamos nada porque todo se queda aquí.
«He tenido la suerte de ganar cientos de millones de dólares. Pero no me llevaré nada de eso» dijo.
"No importa lo que tienes, sino lo qué haces con lo que tienes", dijo Denzel para animar a los estudiantes a utilizar sus dones poniéndolos al servicio de Dios y de la gente.
Pero el momento estelar fue cuando entusiasmó a los jóvenes a poner todas las noches al acostarse los zapatos debajo de la cama lo más lejos posible, de modo tal que necesiten ponerse de rodillas para alcanzarlos.
Asi solo tendrán que dar gracias a Dios por todo lo que Él les ha dado a lo largo de sus vidas.
Es posible que con el paso de los años ya no podamos flexionar las rodillas, pero si doblar el corazón y el alma en actitud de dialogo con el Señor.
La oración es la columna vertebral de la vida y si la ejercitamos cada día sentiremos que fluye el amor de Dios en nuestros pensamientos y sentimientos, de magnitud tal que podremos sentirnos confiados en el que Señor Jesús nos guía en toda la trayectoria, no importando si el camino es resbaladizo o pedregoso. El nos sostiene.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.