Mi artículo invitado. Por el pastor Daniel González.
“Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite,
y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede”. 2 Reyes 4.7
La venta es lo que hace efectivo todo el esfuerzo de generar algo y además nos permite generar recursos para seguir generando cosas nuevas en el futuro.
En realidad la venta es el eslabón fundamental entre los recursos y las necesidades a satisfacer.
Puedes tener aceite como la viuda, es decir, recursos, talentos, cualidades, capacidades y capacitación, pero si no sabes venderlas no te servirán de mucho.
Por eso Eliseo le dijo a la viuda “ve y vende el aceite” y hoy yo te digo lo mismo a ti, “ve y vende” lo que tienes y entonces podrás crecer en aquello a lo que te dediques y, además, prosperar económicamente como te mereces.
Aunque te dediques a desarrollar cosas sin fines de lucro, igual necesitarás saber promoverlas, para que otros se sumen y te ayuden.
Ve y vende la visión: esto es fundamental para entusiasmar a otros y para generar recursos para que esa visión se pueda desarrollar.
Ve y vende un proyecto: además de que un proyecto debe contemplar todos los datos, también debe contemplar la forma de presentarlo a los demás.
Ve y vende un producto: no alcanza con que sepas producir mercadería hermosa y útil, además necesitarás saber comercializarla.
Ve y vende tu profesión: es fundamental, para desarrollar una carrera profesional, saber promocionarse tanto en una empresa como con potenciales clientes.
Ve y vende tu talento: puedes ser muy creativo y talentoso, pero si no logras que esto llegue al mercado y se venda no te servirá demasiado ni a ti ni a los demás.
Todos necesitamos saber vender, sobre todo en un contexto de continuo cambio, desarrollo y de oferta y demanda permanente.
Por ejemplo, gracias a la venta de materiales cristianos se pueden generar y desarrollar nuevos materiales.
Gracias a la venta de medicamentos, se pueden generar investigaciones para el tratamiento y la cura de otras enfermedades.
No te olvides que si la viuda no hubiera ido a vender el aceite, hubiera seguido en una situación lamentable a pesar de ser rica en recursos.
Yo bendigo tu vida para que en este tiempo puedas promover todo lo que hacés y, de esta forma, seas bendecido y de bendición a los demás.
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Cristo te ama y me ama. Quiere que estemos en comunicación.