Juan 10:11-16.
“11 Yo soy el buen pastor;
el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el
pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas
y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 así que el asalariado
huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen
pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me
conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo
otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi
voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”
La palabra oveja se menciona por lo menos 298 veces en la biblia y se hace referencia a ella a lo largo del viejo y el nuevo Testamento.
La palabra pastor en la Reina-Valera (en singular) aparece 17
veces.
El término “pastores” (en plural)
aparece 18 veces.
En total, hay en la biblia unas 35 menciones
aproximadamente de la palabra pastor.
De principio a fin, la Biblia está llena de historias
de pastores, carneros, corderos y ovejas.
Sucesos determinantes ocurrieron en medio de las ovejas.
En Génesis vemos a Abel ofrendando los primogénitos de
sus ovejas, de lo más gordo de ellas a su Dios creador, lo que provocó el primer asesinato en la historia de la biblia, su
muerte a manos de su hermano Caín.
Los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob fueron ricos dueños y pastores de ovejas.
En la historia de cada
uno de estos grandes de Dios estuvieron involucrados ovejas y cabritos.
En el momento de la mayor prueba de fe a Abraham, Dios
le pidió que sacrificara a su hijo Isaac y segundos antes de que usara el cuchillo
para degollarlo, el Señor proveyó un carnero, que es el macho de la oveja, para
ser sacrificado en el Monte Moriah en lugar de Isaac.
El engaño con los cabritos
Cuando Isaac estaba anciano y ciego, quiso bendecir a su hijo mayor, Esaú.
Su esposa Rebeca, que favorecía a su hijo menor Jacob, escuchó el plan e ideó un engaño.
Rebeca pidió a Jacob que le trajera dos cabritos de la manada.
Con sus pieles, ella cubrió las manos y el cuello liso de Jacob para que parecieran las manos velludas de Esaú.
Ella preparó un guiso con la carne de los cabritos y se lo dio a Jacob para que lo llevara a su padre.
Al presentarse ante Isaac, este dudó por la voz, pero al tocar las pieles de cabrito, sintió la textura de su hijo mayor y se convenció.
Así, Isaac le dio la bendición a Jacob, sin saber que había sido engañado. Esta artimaña provocó un gran conflicto entre los hermanos y llevó a Jacob ahuir a tierras lejanas.
Jacob por su parte, no había aprendido lo que le costó el episodio con su padre, su madre y su hermano en el asunto del guiso y la piel de los cabritos y protagonizó con su suegro Labán un curioso caso de unas ovejas rayadas, que al día de hoy conforman un tratado ancestral sobre genética, mentiras, engaños y contratos cuestionables.
Tras trabajar catorce años para su suegro Labán, Jacob decidió independizarse. Le pidió a Labán que le permitiera regresar a su tierra con sus esposas, Lea y Raquel. Labán lo convenció de quedarse y acordaron que Jacob recibiría como pago todas las ovejas manchadas, oscuras o salpicadas.
Sin embargo, Labán separó esas ovejas antes de entregarlas. Ante esto,
Jacob usó su ingenio: colocó varas con franjas blancas donde las ovejas bebían,
lo que influyó en que las crías nacieran con manchas y colores. Así, Jacob
formó un rebaño fuerte y numeroso, mientras que Labán se quedó con los animales
más débiles.
Este hecho enfrió su relación y llevó a Jacob —por indicación de Dios— a
huir con su familia hacia su tierra de origen, marcando el comienzo de las doce
tribus de Israel en medio de conflictos por el ganado de las ovejas.
Hermanos míos, Moisés estaba apacentando las ovejas de
su suegro Jetro cuando Dios lo declaró libertador de Israel a través de la
zarza ardiente y David estaba cuidando las ovejas de su padre Isaí cuando el
profeta Samuel fue a ungirlo como rey.
Los humildes pastores de ovejas de Belén quienes
durante la larga noche protegían sus rebaños, fueron elegidos para ser los
primeros en recibir la noticia del nacimiento de Jesús y fueron los primeros en
adorarlo.
Las ovejas por su parte fueron las primeras criaturas
en presenciar un cielo lleno de ángeles mientras sus pastores escuchaban la
buena noticia del nacimiento del salvador de la humanidad.
En el antiguo testamento las ovejas se usaban como
animales sacrificiales, así como fuente principal de ingresos
económicos.
Las ovejas simbólicamente representan al pueblo de
Dios y la Biblia se refiere a Jesucristo como el “Cordero de Dios” (Juan
1:29; 1 Pedro 1:19).
Pero escudriñemos algo más sobre estas criaturas que
conocemos como ovejas, para hacernos una idea de por qué son los animales más
mencionados en las escrituras y por qué quizás se han acuñado expresiones como “esta
es la oveja negra de la familia”, “cada oveja con su pareja”, “como oveja al matadero”, “me he desvelado, voy a
contar ovejas” y hasta frases como la del músico y educador Alan Abel. «Somos
una nación de ovejas. Si sales y miras hacia el cielo, la gente a tu alrededor
comenzará a mirar hacia el cielo».
La oveja es uno de los primeros animales que el ser
humano pastoreó.
El macho de la oveja es el carnero y su cría es el cordero.
Un macho cabrío es un macho adulto de la cabra,
conocido por su agilidad y su capacidad de adaptarse a diferentes hábitats.
Como animales herbívoros, las ovejas son vulnerables a
depredadores.
La oveja es útil por su lana, su leche, su piel, su
grasa y su carne. Es un mamífero rumiante como las vacas.
Existen más de 1,000 razas de ovejas en el mundo,
adaptadas a climas, entornos y usos específicos’
La visión de las ovejas es correcta. Sus ojos
están ubicados a los lados de la cabeza, lo que les da un campo visual de casi
320 grados. Pueden ver detrás de sí mismas… ¡sin volver la cabeza!
En cuanto a su reproducción, lo habitual es que la
hembra tenga una sola cría, en embarazos de 5 meses, es decir dos partos por
año.
En el siglo XIV, la lana de oveja era tan valiosa en
Inglaterra que se usaba como moneda de cambio. Hoy, en algunas granjas
modernas, las ovejas usan arneses o aparejos con GPS.
Las ovejas comen hierbas, arbustos, gramíneas y
leguminosas.
Una oveja lactante puede beber tanta agua como un humano
adulto en todo un día.
En una región de Francia llamada Roquefort, hay ovejas
que pastan en campos con un tipo especial de hierba que hace que su leche tenga
un tinte ligeramente azulado ideal para hacer el famoso queso Roquefort.
Las ovejas se habitúan a casi cualquier tipo de
terreno y ambiente.
El carácter de las ovejas:
Son animales gregarios. Viven felices juntas y
pastando al aire libre.
Son animales dóciles en sentido general, sumamente
tímidos y se asustan fácilmente.
No son tan tontas como dicen.
El mito de que las ovejas son “tontas” viene de su
comportamiento gregario (si una corre, todas corren), pero en realidad son
animales sociales inteligentes con fuertes instintos de supervivencia.
Son muy sociales e idóneas para formar rebaños de
hasta 1000 ovejas, como las que tenía el rico Job.
Forman lazos de amistad estrechos con otras ovejas. Si
se separan de su “mejor amiga”, muestran signos de estrés. Prefieren pastar
junto a sus compañeras de confianza.
Estudios han demostrado que las ovejas pueden
“contagiarse” emocionalmente: si una está estresada, las demás cerca también
pueden estresarse.
Cuando son apartadas de sus
rebaños, las ovejas se estresan, emiten sus balidos a los demás miembros de su
manada y golpean el suelo. Pueden experimentar pánico o incluso depresión.
Las ovejas pueden reconocer y recordar hasta 50 rostros de otras ovejas durante años. También identifican a sus pastores y reaccionan de manera diferente según quién se acerque. ¡Incluso pueden distinguir emociones humanas en fotografías!
Tienen una memoria excelente. Pueden recordar lugares, caminos y fuentes de alimento. También son capaces de resolver problemas simples, como abrir portones o encontrar salidas en laberintos.
¡Pero oh curiosidad! En sentido casi general las ovejas son torpes y Dios tuvo a bien decirnos que somos ovejas que requieren el tratamiento adecuado del pastor para desarrollarse.
Dice el pastor, autor y bloguero Tim Challies, acerca
de las ovejas:
“No son criaturas fuertes e independientes, ni
cazadores orgullosos, ni feroces depredadores.
Son en realidad un poco patéticas, completamente
dependiente de un pastor.
Son sin dirección. Las ovejas son propensas a vagar.
Incluso si usted las pone en un entorno absolutamente perfecto con todo lo que
necesitan (cosas como pastos verdes y aguas tranquilas), tarde o temprano
terminan por vagar.
Si un pastor no las conduce, si él no las administra y
las mantiene bajo vigilancia constante, van a vagar y van a perderse.
Ante el peligro, las ovejas no tienen garras, no
tienen colmillos, no son venenosas, no tienen espinas ni púas. No tienen nada
para protegerse.
No pueden huir porque no son rápidas, no son
ágiles.
Las ovejas no ladran, no gruñen ni muestran sus
dientes para asustar, no poseen veneno para paralizar al atacante. Lo único que
pueden hacer es baaa.
Continúa diciendo el pastor Tim Challies “Las ovejas no
pueden luchar, no pueden huir, y no puede ahuyentar. Entonces, ¿qué hace una
oveja cuando viene el peligro? Se reúne.
Cuando se acerca un oso, las ovejas se reunirán con
las demás en una manada y correrán en círculos en pánico total, sólo con la
esperanza de que el oso o el león vayan a elegir a alguien más.
Sin un pastor para protegerlas, van a ser
interceptadas y serán devoradas una por una.”
Explica finalmente el pastor Challies: “Las ovejas son
torpes, sin dirección e indefensas. Así que supongo que cuando Dios dice que
somos ovejas que necesitamos un pastor, no quiere decírnoslo como un cumplido.
Es sólo una evaluación muy realista de lo que somos y
lo que necesitamos. Somos ovejas que son completamente dependientes de un
pastor.
Algunos datos sobre acontecimientos
bíblicos que involucran a las ovejas:
1. El cordero de la Pascua (Éxodo 12)
Dios ordenó a los israelitas sacrificar un cordero sin
defecto y marcar con su sangre los dinteles de sus puertas para ser protegidos
durante la décima plaga de Egipto o muerte de todos los primogénitos del país.
Curiosidad: El cordero debía ser asado y comido con pan sin levadura e hierbas amargas, simbolizando prisa y sufrimiento. La familia debía consumirlo todo, cabeza, patas y vísceras mostrando que participaban por completo en los beneficios del pacto y la liberación. Debian asarlo entero nunca hervido, porque era el método más rápido para alimentar a un grupo grande listo para huir de Egipto. No había tiempo para seleccionar cortes o preparaciones complejas.
2. La oveja de Natan (2 Samuel 12)
El profeta Natán usó una parábola sobre un hombre pobre que tenía solo una oveja (a la que amaba como a una hija) para confrontar a David por su adulterio con Betsabé. David, se enfureció por la injusticia del relato, sin darse cuenta de que se juzgaba a sí mismo.
3. Las ovejas como unidad de riqueza
En Job 42:12, después de sus sufrimientos, Job fue
bendecido con 14,000 ovejas (entre otros animales), lo que mostraba que su
riqueza era medida en rebaños. El valor
estimado en dinero hoy en día de las ovejas de Job es USD $4.2 millones
4. El vellón de Gedeón (Jueces 6):
Este es un episodio de la biblia que pone los pelos de punta: Gedeon se atrevió a probar a Jehová pidiéndole una señal.
El pueblo de
Israel sufría opresión de los madianitas, que arrasaban sus cosechas y ganado.
Gedeón, de la tribu más débil (Manasés), se escondía para trillar trigo cuando
Dios lo llamó a liberar a Israel.
A pesar de que
Dios le prometió victoria, Gedeón dudó de su propio valor y del llamado divino.
Por eso pidió dos señales con un vellón de lana, que es la piel de oveja esquilada:
Primera señal (Jueces 6:36-38): Gedeón pidió que el rocío del cielo cayera solo sobre el vellón de lana, dejando el suelo seco. Resultado: Dios lo hizo así. El vellón absorbió tanto rocío que Gedeón exprimió un tazón lleno de agua.
Segunda señal (Jueces 6:39-40): Gedeón pidió que el rocío cayera sobre el suelo, pero que el vellón permaneciera seco. Resultado: Dios se adaptó a la debilidad humana de Gedeón para fortalecer su fe, y esa noche solo el vellón quedó seco, mientras que todo el suelo estaba cubierto de rocío.
5. Corderos como sacrificio diario
En Éxodo 29:38-39 aprendemos que en el templo de
Jerusalén, se sacrificaban al día (mañana y
tarde) dos corderos de un año, como
ofrenda continua.
6. La oveja perdida de Lucas 15
Jesús contó la parábola de un pastor que deja 99
ovejas para buscar una perdida. Cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros
y lo celebra.
Curiosidad: Las ovejas reconocen la voz de su pastor,
pero si se pierden, no saben volver solas.
7. Isaías 53:7: El cordero que calla
«Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como
cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante de sus trasquiladores,
enmudeció, y no abrió su boca.»
La biblia compara al siervo sufriente (mesiánico) con
un cordero llevado al matadero que no abre su boca. ¡Símbolo de inocencia y
sacrificio silencioso!
8. Jesús: "Apacienta mis ovejas"
Después de resucitar, Jesús le preguntó a Pedro tres veces si lo amaba, y tras cada respuesta le dijo: "Apacienta mis ovejas" (Juan 21). ¡Una verdadera comisión pastoral.
Las diferentes clases de ovejas
Ezequiel 34:15-18 nos ofrece una panorámica de las diferentes
ovejas contrastándolas con las ovejas físicas o reales:
“Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice
Jehová el Señor. Yo buscaré la perdida,
y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré
la débil; más a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con
justicia.”
La Biblia en sentido general clasifica a las ovejas no
por raza o especie, sino por su relación con el Pastor que es Jesús. Las ubica también por su condición espiritual
(perdida, débil, enferma) y además por su
respuesta al cuidado divino.
Estas categorías reflejan la diversidad en la comunidad de fe y la necesidad de pastoreo espiritual.
Las ovejas perdidas. Son aquellas que no forman parte del rebaño del Señor. Aún no han confesado a Cristo como Señor y salvador y viven enredadas en el pecado y la mundanalidad. Por ellas nuestro Señor Jesucristo vino a este mundo y nos manda a predicarles el evangelio de salvación.
Las ovejas perdidas no saben que están perdidas. Caminan sin rumbo, buscando pastos que no sacian, sin reconocer la voz del Pastor. Son las almas que aún no conocen a Dios, que viven lejos de su luz, sin comunión, sin esperanza.
“También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer.” Juan 10:16.
Las ovejas maduras o apacentadas: Son las que, contra viento y marea, permanecen en el redil. Van al paso del pastor, por lo tanto, no se extravían. No son rebeldes, contenciosas, ni inconstantes. Se dejan cuidar, oyen la voz del pastor, lo siguen y son alimentadas por los buenos pastos preparados por el pastor.
Han sido formadas, alimentadas y guiadas con constancia. Son apacentadas: alimentadas con la Palabra, fortalecidas por la comunión, entrenadas en obediencia. El Pastor las cuida con ternura, pero también las usa como ejemplo. Ellas ayudan a guiar a las más jóvenes, a proteger a las débiles, a mantener la unidad del rebaño. No son perfectas, pero están rendidas.
La madurez no es altivez, es humildad sostenida por alimento constante. Las ovejas apacentadas no se glorían en sí mismas, sino en el cuidado del Pastor.
Las ovejas que se adelantan: Estas ovejas, que se adelantan pierden la cobertura del Pastor. Aunque crean que avanzan, se exponen a caminos inciertos, precipicios, trampas y lobos. El peligro no siempre está detrás a veces está delante, cuando se camina sin guía.
Pero el Pastor no las deja. Él acelera el paso, las alcanza, las llama con voz firme y amorosa. Si es necesario, las corrige, las redirige, las espera. Porque no basta con caminar… hay que caminar con Él.
Las ovejas retrasadas: Las ovejas retrasadas no son menos valiosas. A menudo son las más débiles, las más cansadas, las heridas, las que no pueden seguir el paso del rebaño. Pero el Pastor no las deja atrás.
Él ajusta su paso. Las acompaña. Las protege desde el
final. Si es necesario, las carga. Porque el amor del Pastor no se mide por la
fuerza de la oveja, sino por su compromiso de no perder a ninguna.
“Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará
los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién
paridas.” Isaías 40:11
Retrasarse no es perderse, si se escucha la voz del Pastor. Él no exige velocidad, exige comunión.
Las ovejas rebeldes: Insisten en desviarse, ponerse en peligro o desobedecer la voz del pastor. Las ovejas rebeldes no solo se alejan… se resisten. No quieren ser guiadas, rechazan el cayado, ignoran la voz del Pastor. Se exponen a morir de hambre, ataques de lobos, precipicios y soledad, creyendo que su camino es el mejor.
Pero el Pastor
no se rinde. Él no las abandona. Las busca con paciencia, las corrige con
firmeza, las llama con amor. Si es necesario, permite que tropiecen… para que
aprendan a depender de Él.
“Mi pueblo no
quiso oír mi voz… y los dejé a la dureza de su corazón.” — Salmo 81:11-12
La rebeldía no cancela el amor del Pastor, pero sí retrasa la comunión. Él espera, corrige, y cuando la oveja se rinde, la restaura con gozo.
Las ovejas contenciosas: Cuando las ovejas pelean entre sí, el pastor no se une al conflicto. Él se interpone con firmeza y ternura, para restaurar la paz. Su presencia calma, su voz guía, su vara corrige.
Así es Cristo, nuestro Pastor. No alimenta divisiones, sino que nos llama
a la unidad. Cuando el rebaño se hiere mutuamente, Él no abandona ni castiga
sin propósito. Él sana, enseña, y nos recuerda que somos uno solo en Él.
“Y conocerán mi voz… y habrá un solo rebaño, y un solo pastor.” — Juan 10:16
Las ovejas que buscan pastos ajenos: Estas son las que saltan la verja del redil, para buscar pastos en lugares ajenos. Cuando una oveja se aleja en busca de pastos ajenos, el pastor no la ignora ni la condena de inmediato. Él la busca. La llama por su nombre. La corrige con amor. Y si es necesario, la carga sobre sus hombros.
Pero también advierte que los pastos ajenos pueden parecer verdes, pero esconden espinas, lobos y caminos sin retorno. El pastor guía hacia pastos verdaderos, donde hay vida, seguridad y comunión.
Las ovejas que se extravían: Estas son las ovejas que se alejan tanto del redil, que se pierden y no saben regresar. El pastor no se queda con las noventa y nueve. No dice “ya tengo suficientes”. Él deja el rebaño seguro y va tras la que se perdió. No por su valor numérico, sino por su valor eterno.
La busca en los montes, en los valles, entre espinas y
sombras. Y cuando la encuentra, no la reprende con ira. La carga sobre sus
hombros. La trae de vuelta con gozo.
“Y al encontrarla, la pone sobre sus hombros gozoso.” Lucas 15:5
Así es Cristo. No se resigna a la pérdida. Él restaura. Él celebra el regreso. Porque cada alma importa.
Las ovejas descarriadas. Representan a los cristianos que se apartan de los caminos del Señor y dejan su rebaño. Dan la espalda al buen pastor y se alejan creyendo encontrar los mejores pastos para su vida.
La oveja descarriada se expone al peligro: lobos, espinas, caídas, hambre, soledad. Al alejarse del redil, pierde la guía, la protección y el alimento verdadero. Pero no queda olvidada.
El Pastor no la abandona. Él deja las noventa y nueve y va tras ella. La busca con urgencia, la llama por su nombre, la encuentra herida y la carga sobre sus hombros con gozo. No la reprende con ira, sino que la restaura con amor.
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas más Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros.”
(Isaias 53:6)
Las ovejas engordadas y fuertes.
Este pasaje muestra cómo Dios actúa como el verdadero
Pastor, haciendo distinción entre las ovejas según su condición espiritual:
La perdida: Él la busca.
La descarriada: La hace volver.
La herida: La venda.
La débil: La fortalece.
La engordada y la fuerte: Las destruye, no por su
fuerza, sino por su arrogancia, abuso o indiferencia hacia las demás.
Estas ovejas representan a líderes o creyentes que se han aprovechado del rebaño, que han vivido para sí mismos, sin compasión ni justicia. Dios no destruye por tener fuerza, sino por usar esa fuerza sin amor. “Las apacentaré con justicia.”
No todos reciben el mismo trato. Dios no apacienta con favoritismo, sino con justicia. Al débil le da ternura; al arrogante, corrección. Su justicia es perfecta, equilibrada, santa.
Las ovejas inconstantes o perniquebradas.
La oveja perniquebrada no puede seguir el paso del
rebaño. Su caminar está roto: tropieza, se queda atrás, sufre en silencio. No
es rebelde, es frágil. No es descarriada, es quebrada.
Pero el Pastor no la abandona. Él la separa para
protegerla, la venda con ternura, la alimenta personalmente, la carga si es
necesario. La apacienta con justicia, no con exigencia. No la compara con las
fuertes, la honra con cuidado especial.
En el campo real, una oveja perniquebrada es aquella
que ha sufrido una lesión en la pierna, generalmente por una caída, un golpe o
un accidente. No puede caminar bien, se queda atrás, corre peligro. El pastor
no la abandona. La separa del rebaño, la venda con cuidado, la alimenta directamente,
y si es necesario la carga sobre sus hombros.
Así también ocurre en el rebaño espiritual. La oveja
perniquebrada representa al creyente herido: por el pecado, por el rechazo, por
líderes que no supieron cuidarlo. No puede avanzar como los demás. Tropieza,
duda, se cansa. Pero el Buen Pastor Cristo no la descarta. La apacienta con
justicia, no con exigencia. La restaura con ternura.
La perniquebrada no es menos valiosa. Es más visible
para el amor del Pastor. En el campo, se convierte en testimonio de cuidado. En
el alma, en testimonio de restauración. No será olvidada. Será sanada. Y cuando
vuelva a caminar lo hará con humildad, con gratitud, con gloria.
Vemos cuán determinante es el trabajo del pastor.
Paradójicamente en el contexto bíblico, la posesión de
ovejas era símbolo de riqueza y poder, sin embargo, el oficio de pastor era uno
de los trabajos más duros, peligrosos, humildes y peor pagados.
Eruditos bíblicos entienden que el humilde estatus de
un pastor puede ser una razón por la que Jesús eligió ese título cuando
describió su relación con nosotros.
El Maestro se identificó como un pastor demostrando su
mansedumbre y su disposición a salvar a los extraviados.
Tenemos decenas de razones para ser llamados como
ovejas del Señor:
Porque no tenemos medios de defensa. Necesitamos de un
pastor como dice el salmo 23:1 “Jehová es mi pastor; nada me faltará”. Así como
las ovejas dependen de su pastor para la supervivencia, nosotros dependemos de
Dios para nuestra guía y protección.
Somos las ovejas del Señor:
Porque muchas veces nos caracterizamos por seguir un
líder que no conviene o nos vende sueños falsos solo porque tiene poder de
convicción y palabras elocuentes. Así como las ovejas siguen a un pastor y
hasta un perro ovejuno, tendemos a dejarnos guiar por un lobo que puede
hacernos daño y desviarnos de nuestro camino.
Un ejemplo de como las personas podemos ser manejadas
como ovejas fue la forma en que los jefes de los sacerdotes incitaron a la
multitud a pedir a Pilato que soltara a Barrabás. Esa misma multitud que había
presenciado los milagros de Jesús y había sido salvada por Él fue la que pidió
que lo crucificaran.
Somos las ovejas del Señor:
Porque tendemos a alejarnos del rebaño poco a poco,
sin darnos cuenta de que es el fin de nuestra seguridad y salvación.
La página de consultas Got Cuestion comenta: “La única
posibilidad de supervivencia de una oveja es con el rebaño bajo el cuidado de
un pastor competente. Sin embargo, las ovejas se vuelven demasiado seguras de
sí mismas, rebeldes o distraídas, y se alejan. Ven pasto más verde en la otra
dirección o no se dan cuenta de cuando el rebaño se aleja”.
Pedro tenía esta tendencia en mente cuando advirtió a la iglesia que estuviera alerta porque el diablo anda alrededor como león rugiente, buscando a quien devorar. Un león no ataca al rebaño. Espera hasta que un corderito solitario se aleje demasiado del pastor.
Por nuestra fragilidad. Las ovejas necesitan cuidado
constante, porque se enferman, se quiebran una pata, son atacadas, se pierden o
les falta comida o agua. Esto es comparable a nuestra propia vulnerabilidad y
necesidad de cuidado divino.
Somos las ovejas del Señor:
Porque el sentido de obediencia con que nos creó Dios
hace que las ovejas sigan la voz de su pastor, así como se espera que los
creyentes escuchen y sigan la voz de Dios. Dios nos capacitó para que le
escuchemos a Él. Si no lo hacemos, terminaremos haciendo caso a la voz del
enemigo de nuestras almas, como suele suceder en estos días de apostasía que
vivimos.
Somos las ovejas del Señor:
Porque Dios nos concibió en comunidad. Las ovejas
viven y se mueven en rebaños, lo que simboliza la importancia de la comunidad y
el apoyo mutuo entre los creyentes. Por esta razón Pablo dice en Hebreos 10:25 “no dejando
de congregarnos,
como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis
que aquel día se acerca.”
En el mismo sentido
nosotros como ovejas del prado de la fe y de la iglesia debemos reconocer el
valor de los pastores que nos cuidan.
Los pastores tienen
ante si una labor titánica. No son pastores por el título que le expide un
instituto teológico. Son pastores porque Dios los
llamó, los preparó y los equipó para que contra viento y marea cuidaran el
redil.
Y créanme, hermanos el
pastorado no tiene descanso físico ni emocional. Solo imaginemos el desempeño
que significa dar animo a los caídos cuando el pastor mismo esta entristecido o
humanamente contrariado.
Tiene el pastor en su
agenda diaria un cúmulo de trabajo basado en el amor y la comprensión;
apacentar la grey.
Esto es, obtener los
pastos necesarios para su alimentación.
Las ovejas nos
alimentamos de la palabra del Señor y el pastor debe inspirarse cada día para
estudiarla, meditarla y enseñarla.
Es nuestro deber como
ovejas valorar y aprovechar el alimento espiritual de nuestros pastores,
amarlos, respetarlos y cuidarlos.
El pastor además de
alimentar debe cuidar el rebaño y ese rebaño debe ser obediente a su pastor
para que la gloria de nuestro Señor sea completa.
El pastor debe ser el
ejemplo a seguir, la bujía inspiradora, el refugio terrenal de nuestras almas y
el conducto directo para buscar cada día más del Señor.
Cuando las ovejas
reconocen al pastor como tal, podemos asegurar que la obra de fe marchará por
el camino de la excelencia espiritual.
El Espíritu Santo ha
estado hablando a la iglesia en los últimos tiempos para que se deje pastorear
por el pastor de pastores.
Todos de alguna manera hemos
batallado con la pata rota que hace doler nuestro corazón, enturbiar nuestro
espíritu y entristecer nuestra alma.
Todos cojeamos de
alguna pata porque estamos en el cuerpo terrenal, luchando cada día con tres
feroces enemigos; el diablo, el mundo y nuestra propia carne.
Como dijo el apóstol
Pablo en Romanos 7:19 "Porque no hago el bien que quiero, sino el mal
que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo,
sino el pecado que mora en mí.”
Quizás estés como yo; perniquebrado.
Pero debes saber que quién nos sanará por amor la pata
es el pastor, porque él sabe que de dejarnos cojos, nos extraviaríamos y quizás
moriríamos.
Jacob fue el perniquebrado cuya pierna fue
descoyuntada tras pelear toda la noche con un ángel. Fue impactada su vida de
tal forma que su nombre dejó de ser Jacob el engañador y pasó a llamarse Israel
y padre de las 12 tribus. Así cojo Dios le dijo que estaba en victoria.
David fue otro perniquebrado que tras su pecado
horrible con Betzabe fue procesado duramente por el fuego del Señor, pero luego
fue restaurado y proclamado como el rey más importante de la historia de
Israel.
Pedro luego de negar a Jesús tres veces, lloró
amargamente, con corazón quebrantado, pero fue sanado por nuestro Dios y
convertido en principal de la iglesia primitiva.
Pablo el antiguo Saulo que persiguió a los cristianos,
consintió en la muerte de Esteban el primer mártir de la iglesia y asoló la fe
cristiana, se encontró con Jesús en el camino a
Damasco, quedó ciego por tres días, quebrantó su espíritu y transformó su vida,
convirtiéndose en un apóstol de Cristo.
No te sientas mal por tu pata quebrada. Sigue en fe, porque es mejor entrar al reino de los cielos cojo, que al infierno con los dos pies sanos.
MUY BUENA REFLEXIÓN, BENDICIONES!11
ResponderEliminarMuy buena reflexión, felicidades
EliminarMuy buena enseñanza
Eliminarexcelente aplicacion... bendiciones
ResponderEliminarexcelente aplicacion bendiciones..
ResponderEliminarBendito sea el amor del padre ..sobre toda su creacion. Aun mayor x sus hijos!!
ResponderEliminarExcelente reflexión
ResponderEliminarEso es correcto.!
ResponderEliminarBuena palabra escudriñando las escrituras bendiciones
ResponderEliminarMuy buena esplicacion Dios los bendiga.
ResponderEliminarMuy bueno.... gracias x aprender más!!!!!
ResponderEliminarmaravillosa explicacion .Dios le Bendiga
ResponderEliminarQue gran enseñanza!!!tan necesaria para estos tiempos.
ResponderEliminarExcelente reflexion.
ResponderEliminarMuy buena explicación..! y gran enseñanza. ! Que Dios los Bendiga
ResponderEliminarMuy buena, sencilla pero es una gran realidad, física y espiritual.
ResponderEliminarNo he dejado de llorar al ver cada rema que mi amado Salvador Jesucristo me sigue dando, ya que escucho mi clamor. Y mi buen pastor me ha quebrantado de salud por su misericordia y bondad. Gracias mi amado Jesucristo porque no te diste por ven en buscarme a mi, a está oveja inconstante perniquebrada! Que bello eres oh Dios! Que maravillosa son tus obras! Te Amo mi Señor! TE AMO!
ResponderEliminarGracias x la explicasion q Dios le continue bendisiendo
ResponderEliminarHermosa reflexión. Dios le siga bendiciendo.
ResponderEliminarhay momentos en el que ser una oveja perniquebrada no sabe que hacer y en lo que toma una decisión buena hace algo mal que le permite perderse pero cuando el pastor llega a esa oveja ya y ve su acto se molesta y lo golpea para que entienda... muchas veces la oveja trata de pedir ayuda pero no le escuchan y cuando comete el error el pastor no logra comprender que paso por que la oveja nunca supo como pedir ayuda. ( creo que esto es lo que me paso y agradezco esta lección DIOS LES BENDIGA )
ResponderEliminarBendiciones, le sugiero lea la historia del águila como es que se renueva para no morir, a mi me ayudó mucho al igual que leer la historia del ermitaño se le llama animalito espiritual, blanco como la nieve y prefiere morir limpio qué ensuciarse 🙌🏻
EliminarMuy buen aporte hermano, Dios te bendiga
ResponderEliminarMe encantó la explicación de la oveja perniquebrada,muy bello mensaje me quedo muy claro ese termino.
ResponderEliminarQué belleza de reflexión
ResponderEliminarReflexión de exelencia!!
ResponderEliminarWoh, que excelente explicación, gracias, tengo un temperamento arriesgado creo entender porque ha sido necesario pasar el proceso.
ResponderEliminarMuy buena explicación Dios te bendiga siempre en el nombre de Jesús.
ResponderEliminarEl Señor nos ama tanto que prefiere reprendernos fuerte, a cambio de que nos extraviemos del rebaño del cielo.
EliminarAmén
Poderosas palabras con Luz divina, estoy en quebranto y jehova q me lleva a buscar algo de la oveja perniquebrada y leeo esto, wao me edifico lo del proposito y el q nos podemos perder, Bendita obra del señor. Dlb.
ResponderEliminarGracias me abrió el entendimiento mucho más esta reflexión
ResponderEliminarExelente explicacion
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir, excelente explicación
ResponderEliminarPerfectamente explicado 😍exactamente lo qué me a pasado DIOS SIEMPRE TIENE LAS RESPUESTAS A MIS PREGUNTAS ♥️♥️♥️😍
ResponderEliminarMe ha llamado la atención la descripción de las practicas zootécnicas descritas como interpretación bíblica, cuando se refiere a las oveja "perniquebrada", en la descripción claramente se refiere a una "oveja alfa" ("cimarrona"), que trata de prevalecer su posición como el "líder" de la manada, comportamiento muy normal en animales silvestres que han sido domesticados, o bien en animales domésticos "asilvestrados" ("Cimarrones").
ResponderEliminarEn las practicas zootécnica milenarias, para contrarrestar esta conducta existían otros procedimientos menos impactantes y menos violentos que el quebrarle el muslo (fémur), tales como la castración, horquetas, limitar el movimiento con amarres en sus patas, etc.
Paz
ResponderEliminarMe gusto la explicación muy reveladora
ResponderEliminarSin palabras QUE DIOS LE BENDIGA POR COMPARTIR TAN BUENA ENSEÑANZA
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