
"Una de aquellas mujeres, que se llamaba Lidia, era de la ciudad de Tiatira y vendía púrpura. Como adoraba a Dios, estaba escuchando. Y el Señor le tocó el corazón para que aceptara lo que Pablo decía." (Hechos 16:14)
Analicemos por qué Lidia es un modelo a seguir:
1. Una mujer con una profesión exitosa: Vendedora de púrpura: La púrpura era un tinte extremadamente caro y valioso, extraído de un molusco.
Era un lujo reservado para la realeza y la aristocracia. Ser "vendedora de púrpura" significaba que Lidia era una empresaria de éxito, probablemente con una red comercial internacional (Tiatira era famosa por sus tintes). Su profesión no era accidental; Dios la usó.
2. Su Profesión como plataforma para el servicio: Hospitalidad: Después de su conversión y bautismo, lo primero que hace es ejercer hospitalidad.
"Y después de que fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad en ella. Y nos obligó a quedarnos." (Hechos 16:15).
Su casa se convierte en la base de la iglesia en Filipos: Pablo y Silas no se quedan en una posada anónima; se quedan en la casa de Lidia.
Cuando son liberados de la cárcel, ¿adónde van?: "Y saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia..." (Hechos 16:40).
Su hogar, sostenido económicamente por su profesión, se convirtió en el primer lugar de reunión de la iglesia en Europa.
Lidia encarna perfectamente la integración de la fe y el trabajo:
- Éxito Profesional: Usó sus talentos para crear un negocio próspero.
- Corazón Abierto a Dios: Escuchó el mensaje y respondió con fe.
- Mayordomía: Usó su casa (un recurso) y su influencia (sobre su familia) para el Reino.
- Servicio Práctico: Puso su profesión y sus bienes al servicio de la misión de la iglesia, proporcionando hospitalidad, apoyo logístico y un centro de operaciones para los apóstoles.
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